“Si llevas tu infancia contigo, nunca envejecerás”. Tom Stoppard
El Día del Niño es una fecha que no deja de tener relevancia, especialmente en estas épocas actuales donde diversas situaciones están afectando la vida y el desarrollo de los más pequeños.
Se celebra en distintas fechas en el mundo. Para UNICEF, el Día Universal del Niño se festeja el 20 de noviembre; sin embargo, por decreto de La Organización de Naciones Unidas (ONU), todos los países tienen derecho a celebrarlo en la fecha más conveniente a su contexto y realidad. En Argentina este año es el 15 de agosto.
Lo típico en esta fecha es la espera ilusionada de los niños de abrir su regalo. Las opciones son amplias, desde juguetes, juegos, bicicleta, algún accesorio de tecnología acorde a la edad, y otras. Los pequeños ponen sus expectativas en el obsequio, pero también esperan que forme parte del regalo, el día completo de lindos momentos compartidos con sus seres queridos. Es un día que invita a celebrarse en familia y recordar la dicha que implica ser niño.
En Argentina, el Día del Niño recuerda las necesidades, riesgos y retos que enfrenta la niñez en nuestra sociedad actual. Es una forma de concientizar a los padres y ciudadanos sobre los problemas y desafíos futuros de la infancia y la necesidad de protección que se debe brindar en el desarrollo y bienestar a los menos favorecidos. Por ello, también en esta fecha se llevan a cabo campañas solidarias de donación de juguetes para los pequeños más vulnerables, de modo que ninguno pase su día sin la emoción de abrir su regalo. Es una hermosa oportunidad para todos los ciudadanos, haya pequeños o no en su hogar, de adquirir un juguete para provocar la sonrisa de un niño.
Es necesario no olvidar que la razón de esta celebración es reafirmar los derechos de los niños y lograr su bienestar, ofreciéndoles la mejor calidad de vida. Si bien sabemos que esto no siempre es posible, diversas organizaciones están comprometidas a ello.
Ser niños es mucho más que una etapa de la vida. Rescatando nuestro niño interior recordemos que el futuro de ellos es hoy. Cargan una cultura propia. Una cultura de diversión, de sorpresa ante las pequeñas cosas de la vida, de imaginación, curiosidad, destreza, inocencia, sencillez y amor. Esa es su cultura. Son perfectos maestros de vida. Nos brindan un especial aprendizaje: el de ser mejores seres humanos.